Había una vez un hombre que estaba haciendo una visita turística por Europa. Al llegar al Reino Unido compró una guía de castillos de las islas. El más llamativo era el que se presentaba como "la visita de tu vida". Intrigado por la propuesta, el hombre llamó desde su hotel esa misma tarde y acordó un horario de visita.
El turista llegó al castillo diez minutos más tarde de la hora pactada.Se presentó ante un hombre con falda de cuadros que lo esperaba y que le dio la bienvenida. Le explicó un poco de la historia del castillo y le mencionó algunas cosas sobre las que debía prestar especial atención durante la visita- Dicho esto, le dio una cuchara y le dijo que la sostuviera